MARTES SANTO
EL MORENO
SALIDA TEMPLO
21:15 horas
PASO TRIBUNA
00:00 horas
LLEGADA TEMPLO
02:00 horas
ITINERARIO 2024
Iglesia de El Salvador, Plaza Stmo. Cristo de la Buena Muerte, C/ Puerto de la Cruz, C/ Tetuán, Avda Juan Carlos I, Carrera de la Concepción, Avda Costa del Sol, Carrera de la Concepción, Avda. Andalucía, CARRERA OFICIAL, Plaza Madrid, C/ Hurtado de Mendoza, Avda. Mariana Pineda, C/ Tetuán, C/ Pintor Manuel Rivera, Plaza Stmo. Cristo de la Buena Muerte y a su Templo
Cada Martes Santo, el corazón de Almuñécar late con una intensidad especial. Desde la histórica Iglesia del Salvador del P4, se vive uno de los momentos más esperados y emotivos de la Semana Santa: la salida del Santísimo Cristo Atado a la Columna, también conocido como Cristo de Los Gitanos o “El Moreno“.
A medida que cae la noche, la plaza frente al templo se llena con una multitud expectante. Familias enteras, devotos y curiosos se agolpan, buscando el mejor lugar para presenciar el acontecimiento. Los horquilleros y horquilleras, ochenta en total, vestidos con túnicas rojas aterciopeladas y gorros blancos, se preparan para llevar sobre sus hombros el pesado trono que sostiene la imagen venerada. En el desfile hay penitentes y mujeres, que con elegancia y devoción, lucen mantillas negras y mantones bordados a mano, completando un cuadro de solemnidad y belleza.
El murmullo de la multitud se disuelve en silencio cuando las primeras notas de una saeta rompen el aire. Cantada en directo, la saeta resuena con una pasión y un fervor que eriza la piel. Las lágrimas brotan de los ojos de muchos, mientras El Moreno, con su expresión de sufrimiento y dignidad, aparece en la puerta del templo.
La salida es un espectáculo en sí mismo. El trono, impresionante y majestuoso, se mueve lentamente, como si flotara sobre la multitud. Los horquilleros avanzan con paso firme y sincronizado, al ritmo de las marchas procesionales que acompañan al Cristo en su recorrido por las calles de Almuñécar. La devoción de los almuñequeros se siente en cada paso, en cada mirada, en cada susurro de oración.
A lo largo del trayecto, diferentes puntos de la ciudad se convierten en escenarios improvisados donde las saetas vuelven a llenar el aire. Cada esquina, cada plaza se convierte en un altar donde la voz flamenca expresa el dolor y la esperanza, la penitencia y el amor. El Cristo de Los Gitanos avanza, envuelto en el fervor popular, su imagen reflejada en los rostros emocionados de quienes lo contemplan.
La procesión continúa durante horas, y aunque la noche es larga, nadie parece cansarse. Los horquilleros, a pesar del peso y del esfuerzo, mantienen su paso firme, conscientes del honor y la responsabilidad de llevar al Cristo Atado a la Columna. La devoción y el orgullo se mezclan en sus rostros, mientras avanzan entre la multitud que les abre paso con respeto y admiración.
El Martes Santo en Almuñécar no es solo una tradición, es una manifestación de fe profunda, una muestra de unidad y de identidad.
El Moreno, querido por todos, sigue su camino, bendiciendo a su paso a una ciudad que lo adora y lo honra con una devoción sincera y apasionada.
Y así, bajo la mirada de las estrellas y el murmullo de las saetas, el Cristo de Los Gitanos avanza, dejando tras de sí una estela de emoción y fervor que perdurará en el corazón de todos los almuñequeros hasta el próximo Martes Santo.